“Queremos jugar un papel destacado con propuestas de valor desde la Cultura para las empresas y sus empleados”

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La industria cultural es un binomio muy a tener en cuenta. Es eso: industria y cultura a la vez. Y el Covid19 ha dejado bien patente el papel fundamental que las actividades culturales han jugado durante el confinamiento para las familias. Por eso hablamos con Moisés Roiz, director de CaixaForum Sevilla, uno de los centros de referencia en la propuesta cultural y divulgativa de la capital andaluza, que ha vuelto a reabrir. Y, además, lo hace en un espacio tan singular como Cartuja, recinto científico y empresarial por excelencia de la ciudad. Roiz defiende la relación entre cultura y empresa con rigor, pasión y mucha razón.

El Covid19 ha impactado de un modo abrupto y severo en casi todos los sectores, entre ellos a la industria cultural. ¿Cómo habéis vivido vosotros el prolongado tiempo de confinamiento?

Desde el 1 de junio todos los centros de la red, entre ellos CaixaForum Sevilla, están abiertos al público. Para nosotros era muy importante abrir cuando la situación sanitaria y las normas de las autoridades pertinentes lo permitieran. Durante estos meses que hemos pasado hemos comprobado el papel tan relevante que ha jugado la cultura. Nos ha acompañado, nos ha abierto ventanas a otros lugares y situaciones; nos ha hecho ir más allá del lugar físico y del momento temporal que estábamos viviendo. En este sentido, volver a reanudar nuestra actividad en los centros ha significado darle una continuidad a ese valor para fortalecer la vuelta a la normalidad.

Y, a partir de ahora, ¿cómo va a ser el día a día en las instalaciones de CaixaForum Sevilla?

Hemos abierto basándonos en tres principios: seguridad, comodidad y calidad. La seguridad, como no podía ser de otra forma, es lo primero, cumpliendo todas las normas fijadas por las autoridades en las diferentes etapas, e implementando también nuevas formas para redoblar esta seguridad. Por ejemplo, ahora nuestras entradas se expiden por franjas horarias, de forma que en una franja no se pueden poner a disposición del público más entradas de las que marca el aforo. Esta medida también redunda en la comodidad, ya que el visitante sabe que cuando vaya no encontrará aglomeraciones, y podrán realizar una visita cómoda y segura. Queremos que los visitantes perciban que hay todo un equipo que vela por su seguridad. Por último, la calidad en cuanto a la experiencia cultural. En todas las salas de exposiciones los visitantes encontrarán a profesionales del equipo educativo del centro con los que poder conversar, aclarar ideas sobre una obra o su contexto, o reflexionar en general sobre la exposición. La idea es mantener la mediación y la pedagogía cultural, algo que está siempre presente en lo que hacemos.

A la vista de todo lo que ha pasado, ¿toma aún más valor la evolución de CaixaForum desde su apertura?

El balance es para estar satisfechos, muy positivo. CaixaForum supuso una apuesta importante para la ciudad, y el público nos ha acogido desde el principio muy bien. En 2019 hemos seguido creciendo, nos encontramos en una fase de desarrollo y asentamiento, como un activo diferencial de la manzana de Torre Sevilla. Un espacio que ha cosido Cartuja con el resto de la ciudad, a través de Triana, y que ha roto por completo el muro mental de Torneo.

CaixaForum Sevilla ha reabierto basándonos en tres principios: seguridad, comodidad y calidad

¿Cómo definiría la misión del centro?

Nuestra misión es contribuir a mejorar el futuro de las personas, siendo fieles a los objetivos que representa y con los que nació la Fundación la Caixa. Desde su creación, con el impulso de Francesc Moraga, la entidad siempre ha sido muy consciente de la situación de la sociedad en cada momento, y ha trabajado para ofrecer un futuro para aquellos grupos sociales más necesitados. Una labor que incide en el ámbito financiero, pero también de forma muy clara en la cultura y la formación de las personas, y en los avances de la investigación para la mejora social. Estamos orgullosos de ser un instrumento, un programa de la tercera mayor fundación a nivel mundial en cuanto a iniciativas y proyectos desarrollados.

Es una manera de cerrar el círculo financiero y social, entendiendo a la cultura como elemento vertebrador del desarrollo.

En efecto, para la FundaciónCaixa sigue siendo su pilar fundamental la labor social, su compromiso por construir una vida mejor para las personas. ¿Y cómo lo hace? A través de iniciativas y acciones que buscan romper el círculo de la pobreza, con la promoción e impulso de la investigación biomédica y la divulgación del conocimiento, y con proyectos de difusión de la cultura. Porque el conocimiento y la cultura actúan como ascensor social. Y nosotros apostamos por actividades culturales de gran rigor, en las que tienen perfecta cabida los expertos, pero que sobre todo están dirigidas al público en general.

¿Y cuáles son esos públicos a los que os dirigís?

Nuestro fin es cultural y no turístico. Nos dirigimos fundamentalmente a los sevillanos, queremos acercar el conocimiento y la cultura a los barrios de la ciudad. Es por ello que la mayoría de nuestras visitas son de público familiar y de visitas organizadas y coordinadas. Aunque también contamos con visitas de grupos turísticos.

Con los nuevos condicionantes de higiene, sanitarios y distanciamiento social, ¿qué tipo de actividades vais a desarrollar?

Llevamos a cabo tres tipos de actividades. En primer lugar, exposiciones de temáticas de interés y gran calidad, unas cinco cada año, en colaboración con grandes instituciones museísticas a nivel mundial. Son exposiciones de muy alta calidad que acercamos al gran público, exposiciones que muchas personas no podrían ver de otro modo. En segundo lugar, un gran número de actividades muy diversas, alrededor de 1.800 al año, entre ellas muestras, cine, actividades grupales, sesiones y reuniones. Además de estas acciones, ponemos a disposición de nuestro entorno distintos espacios de CaixaForum Sevilla para fines culturales, de investigación y divulgación del conocimiento. Somos un centro de conocimiento en un espacio tan singular como Cartuja. En las distintas actividades tienen un peso muy relevante el público educativo, que para nosotros es prioritario, y con el que buscamos interactuar y desacralizar el concepto de centro cultural entre los jóvenes; y el público familiar, un colectivo en el que estamos teniendo gran acogida, y que es muy importante, ya que los chicos interactúan y se acercan a la cultura con más facilidad si ven hacerlo a sus mayores.

La relación bidireccional entre empresa y cultura es muy productiva en sentido amplio, ya que tiene la capacidad de abrir nuestra mirada

Ha destacado la aportación del CaixaForum al conocimiento en un espacio como Cartuja. Teniendo en cuenta el entorno empresarial del Parque Científico y Tecnológico, ¿cuál es vuestra propuesta para las empresas?

Además, como ya he comentado, de poner a disposición de instituciones y empresas nuestros espacios, desde el año pasado venimos trabajando en una línea que es muy interesante. Muchas empresas y compañías tienen necesidad de trabajar su liderazgo, su management, su cultura empresarial. En este sentido, somos un centro privilegiado para trabajar esos valores a través de la cultura. Aportamos herramientas a los equipos de las empresas en un entorno y en un ecosistema muy diferente al de su día a día. Queremos jugar un papel destacado con propuestas de valor desde la cultura para las empresas y sus empleados. Compartir un día familiar en torno a una exposición o un taller de creación artística puede ser una forma de generar engagement entre los empleados, por ejemplo.

En el mundo empresarial los valores y las humanidades cada vez ganan más terreno, precisamente cuando la técnica y la tecnología lo están cambiando todo.

Un equipo motivado y que cree en lo que hace es el principal activo para la misión y los objetivos de una empresa. Los valores adquieren importancia en los tiempos difíciles, en los momentos de crisis, ya que actúan de guía cuando las cosas no van bien, cuando no es fácil tomar decisiones. Por eso en la Fundación la Caixa siempre hemos tenido esto muy presente, para no perder los objetivos de fondo. Como bien dice, en la era de la revolución tecnológica, las humanidades son más necesarias que nunca y complementan a la técnica, porque nos ayudan a conocer el contexto, a tener perspectiva y criterio, a saber qué ha pasado antes de nosotros y nos das pistas para investigar e interpretar qué puede pasar más adelante.

Al igual que La Caixa cierra el círculo financiero con la investigación y la cultura, el PCT Cartuja cierra el círculo del conocimiento y la empresa con las propuestas culturales con entidades como la vuestra. ¿Cómo ve el PCT a corto plazo, teniendo en cuenta el nuevo tiempo que se abre?

En el PCT Cartuja ya se está construyendo el futuro, y lo estamos viendo. El Círculo de Empresarios de Cartuja (CEC) está realizando un impulso real, de relaciones transversales entre los entes culturales y el tejido empresarial existentes en el parque. Para nosotros es una gran oportunidad estar en un lugar donde se encuentran centros de trabajo y conocimiento, museos, teatros, centros expositivos y espacios de ocio cultural. Todos debemos trabajar para hacer crecer una iniciativa transversal. En mi opinión, la relación bidireccional entre empresa y cultura es muy productiva en su sentido más amplio, ya que tiene la capacidad de abrir nuestra mirada, de ver el mundo con otros ojos. Este es un hecho diferencial para Cartuja que se ha de explotar al máximo. De hecho, en otros lugares de innovación en el mundo hay multinacionales que están queriendo hacer lo mismo, contar con lo que ya contamos aquí.

¿Cuáles son los principales objetivos que os habéis marcado en CaixaForum en momentos como estos?

Ser referentes de conocimiento y cultura en nuestro entorno y en la ciudad. Seguir desarrollando actividades, no tanto en número como en calidad, para nuestros visitantes, y hacer crecer las peticiones de uso e interactuación de las entidades y empresas con CaixaForum. De modo que podamos contribuir a crear una nueva cultura en las organizaciones, precisamente a través de la Cultura, con mayúsculas. Y, sobre todo, reforzar aún más nuestro compromiso de centro de interactuación y diálogo en la ciudad de Sevilla.

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