“Nuestro objetivo es acelerar los procesos de innovación en el mayor número de organizaciones”

 en la sección Líderes&Protagonistas

¿Cuánto avanza la innovación en las empresas andaluzas? ¿En que situación estamos en comparación con otros países? ¿Puede producirse algún retroceso o involución en I+D+i a raíz de las disputas comerciales entre estados y con los nuevos vientos proteccionistas? ¿Cuáles es el papel de Corporación Tecnológica de Andalucía en este escenario? ¿Qué propósitos se ha marcado en nuevos servicios? De todo esto y más nos habla con visión experta, reposada, de altos vuelos David Páez, director de Desarrollo de Negocio de CTA.

¿Cuáles son los objetivos prioritarios para el Área de Desarrollo de Negocio de CTA a corto o medio plazo?

Nuestro gran objetivo es interactuar con más agentes. Después de 13 años desde la creación de Corporación, queremos tener más proyección a nivel regional, nacional e internacional. Ser más visibles a empresas, universidades y administraciones públicas con competencias en transferencia de conocimiento e innovación.

Es decir, ¿mayor proyección y conocimiento de los servicios que a día de hoy aporta CTA?

Desde nuestra área de Desarrollo de Negocio lo que buscamos es ampliar la base de las entidades con las que interactuamos. No sólo con las 160 que ya integran y son miembros de la fundación, sino contribuir a acelerar los procesos de innovación en el mayor número de organizaciones. De ahí que hayamos ampliado y adaptado nuestros servicios a los tres actores a los que nos dirigimos: empresas, universidades y administraciones. Nuestro empeño, por tanto, es conseguir que las empresas innoven más, mejor y de modo más eficiente. Teniendo en cuenta que no requiere de las mismas soluciones un emprendedor, que una pyme o una gran corporación. En cuanto a las universidades, el interés es acercarlas al sector productivo, y analizar las mejores fórmulas para lanzar o comercializar sus resultados de investigación. Y en relación con las administraciones, colaborar con ellas para que mejoren sus procesos, con el fin de facilitar su interacción con empresas, universidades y los propios ciudadanos. Con el objetivo de cumplir esta misión con la máxima excelencia y profesionalidad trabajamos para ampliar nuestra red de contactos a nivel europeo e internacional.

“Trabajamos para que las empresas innoven más, mejor y de modo más eficiente”

La internacionalización de los proyectos y de los servicios de CTA es una de sus líneas estratégicas. ¿Cómo está repercutiendo ya en la actividad de la propia Corporación?

Es una faceta básica para CTA, ya que el crecimiento de nuestros servicios en el exterior repercute muy positivamente en los proyectos que desarrollamos a nivel nacional y regional. Hemos identificado áreas de interés prioritario. Por supuesto, la Unión Europea, como es lógico por nuestra propia actividad, y Latinoamérica y el norte de África, que son las zonas donde tenemos centradas nuestras miras. De hecho, participamos de modo muy activo en programas europeos de H2020, y en la actualidad tenemos 12 proyectos en marcha financiados por la Comisión Europea y en distintas redes europeas que suman un presupuesto de 32,9 millones de euros para un periodo de cinco años. En el ámbito latinoamericano nos interesan aquellas economías donde el nivel de desarrollo socioeconómico y de innovación sea de un grado razonable, como son Perú, Colombia, Costa Rica y Panamá.

Muchos informes, encuestas y estadísticas muestran un descenso significativo en la inversión pública y privada en innovación. ¿Detectáis en vuestra actividad que eso está siendo así?

Hay que tener en cuenta que muchos de estos informes tienen un importante decalaje o desfase en el tiempo. De nuestra percepción y actividad, hemos notado que en 2018 las empresas han retomado con fuerza proyectos e iniciativas de innovación, arriesgando más en este sentido que en años precedentes. Y desde la vertiente pública, se dibuja un escenario de mejora de financiación de proyectos de I+D. Ahora más empresas quieren innovar y, las que ya lo hacían, incrementan la inversión.

¿Considera que es necesario incrementar el tamaño de las empresas para abordar proyectos complejos a nivel internacional? O con la revolución tecnológica ¿este aspecto ya no es tan relevante?

Para las empresas que realizan proyectos de infraestructuras o industriales, el tamaño sí es fundamental. Sin embargo, para aquellas que tienen que ver con servicios diferenciales con alto componente de base tecnológica, el tamaño de la empresa ya no es tan determinante. En CTA, tenemos empresas pequeñas que ya facturan el 90% de su volumen de negocio fuera de España. Su competitividad tiene un carácter más global desde sus inicios, sus costes de distribución no son tan elevados, ni presentan tantos cuellos de botella para acceder a nuevos mercados.

En este sentido, es muy estimulante ver en primera línea el proceso que lleva a pequeñas empresas a convertirse en grandes, y en el que CTA juega un papel destacado. Ayudándoles a crecer, a superar etapas, a lograr financiación, a colaborar con otros grupos empresariales mayores. Hay empresas que comenzaron con nosotros siendo muy pequeñas, y hoy en día son grandes firmas que presentan proyectos de innovación con regularidad. Para nosotros es una satisfacción constatar que el 90% de las empresas que han participado en proyectos financiados por la Corporación afirmen que les hemos ayudado a ser más competitivos.

Para nosotros es muy satisfactorio que el 90% de las empresas que han participado en proyectos de CTA afirmen que les hemos ayudado a ser más competitivos

¿Qué sectores de actividad son esenciales para CTA desde el punto de vista del desarrollo de negocio?

Los sectores vienen determinados en gran medida por la propia actividad de nuestras empresas y del potencial de nuestro sistema económico. Por ello es relevante la agroindustria, ya que los índices de productividad de nuestro tejido agroindustrial son muy reconocidos en Latinoamérica y Europa. Pero también de las energías renovables y de sectores emergentes como bioeconomía y economía circular o la gestión del agua. Al final las oportunidades de desarrollo y crecimiento suelen venir de aquellas actividades que las empresas ya hacen bien.

Hace algunas fechas la Corporación se sumó al CTCN de la ONU, ¿qué representa este hito para la fundación?

Lo primero que nos aporta es aprendizaje. Es decir, conocer lo que se está haciendo bien fuera, de modo que después nosotros podamos aplicar esas buenas prácticas. No hay que olvidar que todo impulso a la innovación acaba teniendo su repercusión económica y social. Y una de las mejores apuestas de innovación aplicada es la dirigida a la lucha contra el cambio climático, introduciendo mejoras de eficiencia y tecnológicas en los sectores que impactan en el medio ambiente. Para nosotros ésta es una apuesta, una estrategia clara y firme.

Veo difícil que la actividad de innovación global se desacelere pesar de las medidas proteccionistas de algunos países

¿Piensa que el incremento de la actividad del que hemos hablado y los proyectos de innovación puedan verse ralentizados o afectados por las políticas proteccionistas de gobiernos como Estados Unidos o Gran Bretaña con el Brexit?

Creo que el efecto más directo de todas estas políticas será más bien local o regional. Desde el punto de vista de la innovación y de la economía, hablamos de un equilibrio de suma cero. Puede haber regiones que vean ralentizada su actividad o sus proyectos de innovación, pero seguro que habrá otras que serán capaces de acelerarlos. A nivel global considero que es difícil que la actividad de innovación se desacelere. Por mucho que haya determinados empeños que vayan en la dirección contraria.

A su juicio, ¿en qué situación se encuentran la economía y las empresas andaluzas en relación con nuevas tendencias como la transformación digital, la bioeconomía o la economía circular y colaborativa?

Las empresas andaluzas se encuentran en una situación muy buena, sin ninguna duda. Esto no quiere decir que no haya un margen muy importante de mejora en relación con el volumen de proyectos y de sus importes. A todos nos gustaría que hubiera un mayor número de empresas de la región compitiendo por proyectos internacionales. Esto no quita que en las últimas décadas el nivel de competitividad de nuestras empresas haya crecido y mejorado mucho. Lo que nos ha procurado una muy buena imagen de nuestro nivel en innovación, ciencia y tecnología en el exterior.

¿Y vamos a buen ritmo en transformación digital?

Es un concepto que, me temo,está cada vez más cargado de mensajes que de realidad. Nuestra percepción es que muchas organizaciones no saben todavía muy bien a qué se refieren cuando hablan de transformación digital. O al menos que no tienen muy claro cómo encararla, qué significa realmente. Más allá de la aplicación de tecnología, supone un cambio, un impacto importante en sus modelos de negocio, de cómo interactuar con el cliente. En este aspecto, precisamente, las empresas grandes suelen tener más dificultades al encontrarse con muchas inercias, por lo que les cuesta más cambiar el paso. Lo que es innegable es que este proceso se acelera de forma constante.

¿Es tan importante y necesaria la recuperación del talento que durante los años de la crisis se fue a otros mercados?

Esta cuestión hay que ponerla en perspectiva. No creo que sea solo una cuestión española, se trata de un problema global. La falta de vocaciones STEM, de profesionales con estos perfiles, es un problema mundial. Todas las economías están luchando por atraer a estos profesionales. Es lógico, si pensamos que el gran activo de cualquier país es el talento humano.

¿Y dónde puede estar la solución a esta situación para que no vaya dramáticamente a más?

En gran parte, puede estar en la promoción de la adquisición de determinadas habilidades, por medio de programas específicos, más allá de la propia titulación universitaria. Así, por ejemplo, lo están demandando las grandes del sector tecnológico como Google o Facebook. Además, también están lanzando programas de estímulo de vocaciones STEM en etapas tempranas en los colegios, como son los casos de Cisco e IBM. Hay que reflexionar y trabajar por flexibilizar el reciclaje y la formación de los profesionales.

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