“En CTA apostamos por romper barreras y hacer de los proyectos internacionales una gran línea estratégica”

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Decir Adelaida de la Calle es sinónimo de universidad, investigación y conocimiento. Una pasión que a punto estuvo de llevar esta entrevista por otros derroteros que, sin duda, también hubieran tenido su interés. Para la presidenta de Corporación Tecnológica de Andalucía y ex consejera de la Junta, en la comunidad autónoma se ha dado un gran salto en innovación, transferencia de conocimiento y colaboración entre empresas y de éstas con los grupos de investigación. Pero el camino por andar sigue siendo largo y muy competitivo. Un mundo en constante transformación en el que CTA tiene mucho que aportar en favor del tejido productivo.

¿Qué balance podría hacernos del último ejercicio?

Éste, por fin, ha sido un año en el que se ve que las cosas están cambiando. Una medida que refleja bien esta tendencia es el número de proyectos que se ha financiado dentro de Corporación. En el último año, este número ha ascendido a 39, lo que representa un incremento muy notable en relación con años anteriores. Y más importante aún: han supuesto una inversión de 7,1 millones de euros, a la que hay que sumar una movilización de unos 20 millones de inversión privada. Una cifra muy significativa, si se tiene en cuenta que la inversión global de años atrás no llegaba a los 15 millones. Esto demuestra que las empresas han podido respirar algo más, y que han vuelto a entrar en la dinámica de la cultura innovadora. Las empresas están comprobando que la inversión en innovación genera mayores niveles de riqueza y de competitividad. Un aporte que se nota bastante, si se compara con el ciclo más duro de la crisis.

Acaba de señalar la innovación como factor esencial para el desarrollo empresarial. ¿Cómo entiende CTA la innovación o, al menos, cómo la entiende Adelaida de la Calle?

La innovación es todo cambio que mejora un producto y lo hace más competitivo. La tecnología ayuda extraordinariamente a estos cambios y transformaciones. Cuando hablamos de tecnología no podemos pensar solo en un área específica o en el departamento TIC exclusivamente, ya que ésta es aplicable a muy diversas áreas y campos. Se pude innovar en todos y cada uno de los aspectos y parcelas de nuestra vida. Así que cómo no van a hacerlo aquellos agentes que aportan productos y servicios que la sociedad demanda constantemente. Al final, el mercado es el mejor indicador de si un producto es realmente innovador o no.

¿Cuáles van a ser las líneas estratégicas fundamentales de CTA de cara a este curso?

Corporación Tecnológica de Andalucía ha ido cambiando y adaptándose a las nuevas necesidades y al entorno, pero manteniendo en todo momento sus principios fundacionales. El gran objetivo de Corporación ha sido, desde su creación, generar mayor capacidad innovadora en el sector productivo. ¿Y esto cómo se ha venido haciendo? Por medio de proyectos de investigación en el que han confluido las necesidades de las empresas con el conocimiento almacenado en el sector público en los organismos dedicados a ello. Me estoy refiriendo a los centros públicos de investigación y, en especial, tengo que mencionar a las universidades. Durante todos estos años este modelo ha obtenido muchos frutos y ha tenido una gran repercusión. Pero Corporación, que cuenta con un extraordinario equipo, ha experimentando su propia transformación, de modo que hemos incorporado nuevos servicios. Además, hemos considerado que debíamos romper barreras y apostar por la internacionalización. Esta es la línea en la que vamos a realizar un gran esfuerzo, manteniendo nuestros principios y nuestra actividad tradicional financiadora y de clúster de innovación.

Las empresas están comprobando que la inversión en innovación genera mayores niveles de riqueza y competitividad

En esta apuesta por la internacionalización, ¿en qué zonas o regiones se están desarrollando proyectos ya?

Este año se ha entrado en nuevos proyectos financiados por la Unión Europea en el marco del Programa H2020, a través de la formación de consorcios y redes, en los cuales hemos tenido un éxito importante. Son proyectos estratégicos que, por una parte, aumentan las capacidades de Corporación Tecnológica, pero, lo más relevante, llevamos a nuestras empresas a proyectos de mayor envergadura en el ámbito europeo. Otro ámbito sobre el que estamos trabajando con intensidad son los proyectos con financiación multilateral. Hemos acudido a licitaciones en Latinoamérica, ya hemos conseguido una licitación en Perú, y tenemos otras en preparación en Panamá y Colombia, financiadas por el Banco Interamericano de Desarrollo. Igualmente queremos ir a otras licitaciones del Banco Mundial, y trabajar no solo en esta región sino también en África. Son nuestros vecinos más cercanos, y creo que en este continente tenemos unas posibilidades tremendas. Todos estos proyectos los consideramos estratégicos por el arrastre que suponen para el tejido empresarial.

¿Está aprovechando el tejido empresarial andaluz la oportunidad que supone el H2020?

Considero que todo lo que se está haciendo va bien encaminado. Desde hace unos años hemos cambiado para bien. Los programas marco empezaron uniendo talento con conocimiento, luego uniendo el conocimiento con la empresa y después facilitando el acceso a nuevos proyectos a empresas que ya poseían esa cultura. Creo que el diseño estratégico de los programas marco en el campo de la innovación, el conocimiento y la I+D+i se ha enfocado bien, pero nosotros hemos tardado en incorporarnos. Sin embargo, esta etapa, afortunadamente, está superada. Y ahora Andalucía lo está haciendo bastante bien desde todos los ámbitos, lo que nos ha situado como una de las regiones españolas con mayor número de proyectos. Tanto las empresas como los grupos de investigación se han vuelto más competitivos a la hora de presentar iniciativas.

Generalmente, cuando se habla de transferencia de conocimiento se refiere de la universidad a la empresa. ¿Sería conveniente impulsarla también en la otra dirección, de la empresa a la universidad?

Para ello, tiene que haber un gran número de empresas de base tecnológica, que cuenten con una trayectoria, una cultura de generar conocimiento y de entrar en contacto con la universidad. Lo que la universidad está haciendo de verdad no es solo transferir a las empresas ya existentes, sino generar sus propias empresas. Y esto ya supone una transferencia, una cultura que permite crear startups desde las spinoffs. Se transfiere conocimiento desde los grupos de investigación a estas empresas, manteniendo su cordón umbilical con la propia universidad. Algo que es muy positivo y que debemos resaltar. Es un modelo muy estadounidense que hemos ido aprendido, que nos ha llevado nuestro tiempo, pero que está siendo positivo. Debemos tener en cuenta que nuestras universidades son pequeñas en comparación con las grandes universidades norteamericanas, fundamentalmente las más prestigiosas y que todos tenemos en mente. Deberíamos apostar por un modelo especializado en el que hubiera universidades científicas, más dedicadas a la investigación, otras emprendedoras, de humanidades, de modo que cada una posea rasgos diferenciadores. Si todas pretenden hacer de todo, será muy difícil competir con esas grandes universidades que suelen copar los rankings.

En un escenario de interconexión global, de un desarrollo tecnológico como el que hemos alcanzado, ¿el tamaño de la empresa sigue siendo un factor relevante para la competitividad?

Lo realmente importante para una empresa es tener una buena estructura y un buen conocimiento. En Corporación, tenemos una cosa muy buena y es contar con empresas tractoras y empresas del conocimiento. Las empresas tractoras en muchas ocasiones colaboran con las del conocimiento y viceversa. Los productos se elaboran ad hoc para que todas puedan obtener beneficios. En este sentido, el tamaño de la empresa modula su importancia, pues una pequeña empresa con buen conocimiento puede colaborar con otra mayor. A lo que no se puede renunciar es a ser empresas innovadoras, pensando siempre en la calidad de lo que se oferta. Y el mercado, al final, es el que selecciona.

Consideramos estratégicos los proyectos internacionales y multilaterales por el arrastre que suponen para el tejido empresarial

¿Cuáles son los sectores que pueden tener mayor proyección, en los que hay que fijarse especialmente?

Tenemos bien diseñados los siete sectores estratégicos para Corporación, que están en línea con la RIS3, como es lógico. Pero es verdad que hoy hay principios transversales que dan desarrollo a todo lo demás y, entre ellos, destaca la digitalización que hace que las TICs estén presentes en todo (Big Data, IoT, cloud, etc.). Junto a esto, hay sectores que por sus características tienen una gran importancia para nosotros. Si hablamos de industrialización, cómo no vamos a centrarnos en la industria 4.0, o en la conexión de la tecnología en el sector agroalimentario para controlar la eficiencia de los cultivos. En ningún caso, podemos estar de espaldas a esto. La transversalidad de las tecnologías hace que los campos de conocimiento sean más difíciles de diferenciar y definir. Por poner algunos otros ejemplos: los aprovechamientos de los recursos naturales para construir una sociedad más sostenible, donde hablamos de biotecnología y de economía circular. Lo mismo ocurre en el sector de la salud, en el que la tecnología punta tiene un papel fundamental para trabajar en los diagnósticos precoces. Por todo esto, la interdisciplinariedad en los sectores va a ser un rasgo que va a marcar cada vez más la economía y la actividad productiva.

Hay expertos que están alertando de que es necesario contar con más perfiles STEM (estudios en Ciencia, Tecnología, Ingeniería y Matemática), y España y Andalucía están lejos de los países con un promedio alto de estudiantes en estas disciplinas. Incluso se está dando un retroceso en este tipo de estudios. ¿Cómo puede acabar afectándonos esta circunstancia en nuestra economía?

Resulta paradójico, cuando en los últimos años hemos exportado un importante número de ingenieros. Hemos formado ingenieros que están dando lo mejor de sí en otras partes del mundo, y que no hemos aprovechado nosotros como país. Si nuestros estudiantes viesen un futuro claro en su esfuerzo, estoy convencida de que las tendencias podrían cambiar. Pero es cierto que hay una serie de titulaciones que tienen unos requerimientos de mayor esfuerzo, y si no se les brinda un futuro esperanzador a quienes las estudian, acaban alejándose de ellas. Se trata de una cuestión profunda, que no es fácil de resolver, y de la que habría que hablar mucho. Si este tipo de perfiles encuentran mejores oportunidades fuera, pues acaban marchándose del país. Alemania ha sido uno de los países que ha sabido aprovecharse del gran conocimiento y capacidad de estos profesionales españoles. Es una situación que podemos catalogar como dura, pero es verdad que está sucediendo.

¿En qué línea o dirección va a ir la colaboración y los acuerdos de Corporación con otras instituciones y organismos?

Vamos a continuar trabajando en esta línea. Siempre he creído que la unión hace la fuerza. Cuando todos remamos en la misma dirección, es positivo para todos. Estamos dándonos a conocer en muchas zonas donde no desarrollamos proyectos, ya que considero que Corporación es un buen modelo que debemos exportar. Entiendo que es un modelo de éxito andaluz del que debemos estar orgullosos. Firmaremos acuerdos con todo aquel que quiera acercarse a nosotros y encontremos un punto de conexión para colaborar y construir juntos. Algunos de los objetivos de estos acuerdos son estimular que las administraciones potencien la Compra Pública de Innovación, que las empresas nos vean como partners para sus proyectos y que las startups que están empezando y necesitan apoyo se acerquen a nosotros.

¿Hay que continuar apostando por el emprendimiento tal y como se ha hecho hasta ahora? ¿O debe ser reenfocado tras los años de dura crisis vividos?

Se ha hecho un esfuerzo importante en relación con este asunto. Cuando yo estudié la carrera, nadie me dijo a mí que yo podía generar o montar una empresa. Y, como en mi familia no había empresarios, no tenía cultura emprendedora. Afortunadamente, hemos cambiado, sin que ello signifique que todo está hecho. Mientras para mucha gente la solución sea ser funcionario, es señal de que todavía no tenemos metido en nuestro ADN como sociedad la idea del emprendimiento. Lo que habrá que hacer es ir adaptando e innovando en los propios programas que impulsan el emprendimiento en la actualidad.

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