La pandemia muta el ADN de un sector turístico aferrado a la resiliencia en medio de la tormenta perfecta

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La pandemia se está cebando de forma implacable y, en muchos casos, dramática con el sector turístico. La caída de actividad en la temporada alta y la ausencia de turistas solo puede catalogarse, en términos generales, de colosal. Y lo que está por venir en el corto plazo pinta en bastos. El ritmo y extensión de los rebrotes está llevando a las administraciones a tomar de nuevo medidas drásticas. Así está ocurriendo en Europa. Por lo pronto, el ministro español de Sanidad, Salvador Illa, pronostica que las “Navidades no van a ser normales”. En una situación tan cruda, ¿qué piden los empresarios del sector? ¿Qué pueden aportar? ¿Se está siendo pasivo con el mayor contribuidor del PIB de España?

Hablamos de estas y otras cuestiones esenciales para el sector con Manuel Cornax, presidente de la Comisión Mixta de Turismo de la Confederación de Empresarios de Sevilla (CES) y la Cámara de Comercio de Sevilla.

Atendiendo a las declaraciones de ministros y responsables del Gobierno central en lo más duro de la crisis sanitaria, parece que el sector turístico en lugar de un activo es un lastre para la economía española. Como si el liderazgo a nivel mundial de la industria turística española sea el culpable de la ausencia de liderazgo en otras ramas de actividad. Un lenguaje frentista que aborda con simpleza la necesidad de incrementar el peso del sector industrial en la economía de España.

Un sector estratégico y tractor

Y es en este punto donde va a parar la primera reflexión de Manuel Cornax. “La grave situación que vivimos debe servir para hacer una radiografía muy seria y muy real del peso del sector turístico en este país. La sociedad tiene que saber que detrás de su importante contribución al PIB hay miles de puestos de trabajo, directos, indirectos e inducidos. Que es un sector tractor de muchos otros como agroalimentación, distribución, logística, construcción y transportes, por citar algunos. Que es un componente del consumo y la demanda de primer orden. Y que no tenemos recambio inmediato para cubrir el agujero que dejan la pérdida de 84 millones de viajeros. Tenemos que ser muy conscientes de esto“.

Por eso el presidente de la Comisión Mixta de Turismo sevillana se revela frente a esa visión de la economía en la que el peso de unos sectores limita las posibilidades de crecimiento de otros. Al contrario, está convencido de que un sector turístico fuerte y potente sirve de palanca para el desarrollo de otros. “Gracias al turismo hay otras actividades que crecen. El turismo no es solo vacacional, también es profesional. Los encuentros y viajes empresariales son riqueza para nuestras ciudades. Nosotros estamos muy felices de que profesionales de otros sectores viajen, se encuentren y se desplacen. Son un buen termómetro de la salud económica y empresarial de cualquier ciudad, región o país”.

Estamos viviendo un cambio de costumbres, hábitos y comportamiento de los turistas. En el sector tenemos que adaptarnos al tiempo que está por venir

Ha sido precisamente el sector empresarial el que ha mantenido el tipo, en la medida en que ha podido, en el caso concreto de Sevilla. Un ejemplo que puede ser extrapolable a lo que ha ocurrido en los últimos meses en otras ciudades del país. Pese al fuerte impacto que ha supuesto la pérdida de los congresos y ferias profesionales, han sido las empresas las que han realizado el mayor número de reservas en los hoteles sevillanos.

Dentro de la enorme caída de la ocupación en comparación con los meses de junio, julio, agosto y septiembre del año pasado, y teniendo en cuenta que no son meses de temporada alta para la capital andaluza, hasta mitad de julio prácticamente el 90% de las reservas habían sido empresariales. Y ha sido así porque, finalmente, se ha constatado que solo con el turismo vacacional nacional no puede paliarse ni combatirse la ausencia de turismo extranjero, más aún en el segmento hotelero.

Adaptarse al nuevo tiempo

Si hay una palabra que defina la situación actual esa es incertidumbre. La evolución de la pandemia, con la extensión de los rebrotes, no augura un último trimestre del año y primero del que viene con buenas perspectivas. A juicio de Cornax todo apunta a que la temporada alta de Sevilla se vuelva a perder, como ya ha ocurrido con la primavera de este año.

Todos los factores se han alineado para que la supervivencia de una parte importante del sector turístico, incluido el segmento hotelero, dependa de la capacidad de resistencia de cada cual. Del pulmón financiero y de la carga de estructural de cada empresa. Por ahora, una parte significativa del empleo del sector se encuentra contenida por los ERTEs, un mecanismo que los empresarios están pidiendo por activa y por pasiva que se prolonguen más allá de finales de enero de 2021, como ya se ha acordado en otros países europeos.

Preguntado por cómo van a ser los usuarios a partir de ahora, de si todo esto va a desembocar en un nuevo tiempo, este representante del sector turístico lo tiene muy claro. “Estamos viviendo un cambio de costumbres, hábitos y comportamientos. Tenemos que adaptarnos al tiempo que está por venir. Un cambio que están propiciando las avances tecnológicos y que ha acelerado el virus”.

Un escenario que ha abierto tres espitas con las que hay que saber jugar. Las reservas ya no se hacen con antelación sino a última hora, ya que el turista sabe que no se va a encontrar con problemas de plazas. La reactivación de los vuelos internacionales va ser lenta y no es fácil que se recuperen en un periodo de tiempo breve. De ahí, como señala Cornax, que las aerolíneas estén desprogramando frecuencia de vuelos, aunque aún no se estén quitando conexiones en el caso de Sevilla. Y en tercer lugar, alerta de los turistas que por primera vez han pasado el verano en sus países, en vez de venir a España, países que son mercados emisores. Ahí quedan esas imágenes de las playas de Inglaterra o Francia, que antes no se habían visto. “¿Cuántos de estos turistas se volverán a quedar en sus países de aquí en adelante?”, se pregunta.

Para hacer frente a una coyuntura tan difícil y compleja, Cornax subraya que es prioritario proteger y reforzar las marcas España, Andalucía y Sevilla. “No nos podemos permitir que nuestra imagen continúe degradándose. Tenemos que reforzarnos como un destino sanitariamente seguro. Nuestros visitantes tienen que comprobar que eso es así”, afirma.

Un gran acuerdo ante una recuperación lenta

Propone un gran acuerdo en favor del sector. Siendo consciente de que la recuperación va a ser lenta y que “durante un largo tiempo” la industria va a depender de las ayudas públicas y administrativas. Plantea en este contexto, una vez que las posibilidades de viajar sean mayores y no se produzcan grandes confinamientos y restricciones, “extender un modelo similar al del Imserso a otros grupos y colectivos de viajeros y turistas”. El objetivo, en su opinión, debe ser aplicar medidas no solo dirigidas a fortalecer la resiliencia del sector, sino a reactivar la demanda con las máximas medidas de seguridad.

Cornax reconoce que no es fácil tener una visión o perspectiva de encuadre de la situación generada por el coronavirus. Pero sí señala a la innovación y la capacidad de adaptación a las nuevas circunstancias, como activos fundamentales para el sector, en general, y para el hotelero, en particular.

Se muestra convencido de que el “ADN del segmento profesional va a cambiar y mucho. Especialmente en el ámbito de los congresos e incentivos. Desde el sector vamos a tener que hacer un ejercicio de imaginación e innovación y saber leer las nuevas oportunidades que puedan surgir con el teletrabajo y el coworking para los hoteles. No va a ser tanto cuestión de si va a sobrar a partir de ahora espacio en los hoteles, sino de qué uso nuevo, para qué nuevas actividades podemos utilizarlos”, argumenta.

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