Alfonso Centeno Trigos: “Los problemas los podemos resolver nosotros generando empresas y riqueza”

 en la sección Economía

Entrevista a Alfonso Centeno Trigos, vicepresidente de la Diputación Provincial de Valladolid

M. Martínez García   I   maria.martinez@mercados21.es   I   2/10/2012

Veterano tanto en la Diputación de Valladolid como en la alcaldía de Olmedo, Alfonso Centeno Trigos es en la actualidad vicepresidente único de la institución provincial y responsable, además de su coordinación, del área de Asesoramiento, Planificación del Territorio y Nuevas Tecnologías. Gran aficionado al cine –sobre todo a la ciencia ficción– y asiduo de las representaciones estivales de teatro en la Villa del Caballero –“he empezado a amar las obras clásicas a raíz del Festival de Olmedo”, afirma–, es un enamorado de los viajes. “Como más he aprendido en la vida es conociendo personas y lugares”, apunta.

Del que sin duda es su visitante más ilustre todos los veranos, el viceprimer ministro británico, Nick Clegg –casado con la olmedana Miriam González Durántez, hija de José Antonio González Caviedes, antecesor en el cargo de Centeno y a quien éste considera su mentor– admira “el contacto que provoca con las personas”. El hecho de que en Reino Unido “el paraguas de los partidos políticos sea mucho menos importante que aquí, ya que la elección responde a un sistema de listas abiertas, hace que busque ese acercamiento, y eso es algo que tendríamos que aprender”, señala.

Mercados21 | Alfonso Centeno Trigos: “Los problemas los podemos resolver nosotros generando empresas y riqueza” Alfonso Centeno Trigos, vicepresidente de la Diputación Provincial de Valladolid. FOTO: M. Martínez

¿Cómo valora los programas que ha puesto en marcha en los últimos años la Diputación dirigidos al fomento de la actividad empresarial?

Nuestro principal objetivo y razón de ser como Diputación Provincial son los ayuntamientos y sus habitantes. Dentro de ellos hay empresarios y nos preocupan, por eso hemos intentando que el desarrollo económico sea uno de nuestros principales objetivos, en el sentido más amplio de la palabra. El mundo rural no está condenado a ser segunda residencia o ciudad dormitorio y por eso hemos generado iniciativas desde los últimos cinco años que han ido madurando y que, en algunos casos, se han ralentizado dada la actual situación económica, pero que se han traducido sobre todo en la creación de la Sociedad Pública de Desarrollo de Valladolid, SODEVA, con el 100% de capital de la Diputación y el propósito de impulsar iniciativas públicas en aquellos lugares donde las privadas no existían. Por eso, se ha actuado en las zonas más deprimidas de la mano de sus alcaldes.

¿En qué han consistido estas acciones?

El norte y el sur de la provincia se identificaron como áreas en las cuales la iniciativa empresarial no fructificaba y por eso se creó una red de agentes de desarrollo local que realizó un análisis de los territorios para determinar las razones de esa ausencia de aliento emprendedor. Así, percibimos que faltaban infraestructuras como suelo industrial para la instalación de empresas más allá de las locales y artesanales del propio entorno. Realizamos un mapa de áreas industriales para facilitar el acceso a parcelas y creamos polígonos industriales en Mayorga, Villalón o Carpio, además de viveros de empresas. Entendemos que para que los emprendedores rurales lleven adelante sus proyectos no sólo necesitan ayuda económica y suelo sino también acompañamiento para materializarlos o abandonarlos si no son viables. Por eso, hemos pretendido convertirnos en sus compañeros para lo bueno y para lo malo y hemos trasladado al ciudadano que se pueden hacer cosas, que los problemas los podemos resolver nosotros y no otros, generando empresas y riqueza. Estamos satisfechos con los resultados obtenidos, que no son la ocupación total de los polígonos, pero sí la generación de unas 250 microempresas en los últimos tres años. Las facilidades para su instalación, como el alquiler con opción a compra de naves, han ayudado a crear expectativas de que se pueden hacer cosas en poblaciones de 800 habitantes de media.

Suelo industrial, agroalimentación y turismo rural han sido las grandes apuestas de la institución.

Para nosotros uno de los pilares del mundo rural es el turismo y en esa línea hemos creado hitos en el territorio que son una disculpa para conocer todo el entorno, a modo de centros de recepción de visitantes. Somos un referente por la evolución en este aspecto de la provincia en los últimos cinco años y por la riqueza que ha generado. Eso sí, siendo conscientes de que el turismo rural supone una mejora de la renta, agraria o ganadera, es decir, no implica abandonar la actividad principal de las familias. Tenemos además una magnífica gastronomía que se ha ido poniendo en valor. La industria agroalimentaria en el mundo rural es fundamental, se han generado cooperativas y empresas de transformación de los productos que han recibido apoyo de la Diputación y ahora también se apuesta por crear redes de captación de la comercialización, lo cual supone dar otro paso más.

¿Qué iniciativa ha cosechado mejores resultados?

El éxito está en que hemos tratado a todo el territorio por igual y no hemos aglutinado las infraestructuras turísticas en zonas cuyo potencial garantizaba un mayor número de visitantes. El Museo del Vino, en un castillo como el de Peñafiel y en el corazón de la Ribera del Duero, es una apuesta segura. Pero por tener 150.000 visitas al año no es mejor que la Villa del Libro de Urueña, que tiene 22.000. Al contrario, porque antes a Urueña llegaban sólo 2.000 personas. La villa romana de Almenara-Puras atrae a viajeros con un interés particular por la historia y el arte. Está situada en dos municipios tremendamente despoblados pero en los que se han creado dos bodegas, junto a un restaurante y una casa rural en una localidad limítrofe. El Museo del Pan de Mayorga es un referente en la zona norte, de las más deprimidas. El Canal de Castilla, el Parque de los Seis Sentidos y el Parque de la Naturaleza de Matallana están dando resultados estupendos. Pero hay que más estar satisfechos por la estrategia que por ellos. Porque se ha logrado insuflar ganas y vida a los pueblos. Ahora, la iniciativa privada tiene que complementar la oferta de esas infraestructuras públicas. Seguimos teniendo claro que el turismo es un potencial importante para la provincia capaz de movilizar inversiones.

¿Son positivos los datos de creación de negocios en función de los fondos empleados?

No nos preocupa tanto el número de empresas que han surgido sino que el emprendedor no se haya empeñado para siempre ni haya fracasado. Si al año y medio una no ha funcionado se ha aconsejado el cese de la actividad. Salvo cuando se nos ha dicho que no se nos necesitaba, hemos estado acompañando a los emprendedores. Y se ha hecho una actividad comercial importante trasladando la necesidad de desarrollar nuevas vías de venta a través de internet, de agruparse para conseguir objetivos… En 25 municipios donde habían desaparecido las tiendas hemos puesto en marcha un proyecto piloto de comercio rural mínimo que ha generado al menos dos puestos de trabajo en cada uno, además de actividad económica, porque una población sin comercio acaba por ir desapareciendo. Además, hemos trasladado las dificultades que presentan hoy en día determinados sectores en busca de que los responsables de determinadas industrias optaran por planteamientos diferentes para mantenerlas… Sin ser una agencia de desarrollo económico hemos aprovechado nuestra cercanía para incidir en todo a lo que aludo.

¿Existen en estos momentos nuevos proyectos de viveros?

No hay perspectivas al respecto, ni tampoco de aumentar el suelo industrial. Sí de mantener ese asesoramiento a emprendedores en toda la provincia y de abaratar el alquiler de naves. Tenemos claro que la persona que se encuentre al otro lado de la mesa un emprendedor puede hacer que se olvide de su proyecto o todo lo contrario y es algo que intentamos cuidar mucho. En la financiación directa no podemos ayudar ahora, pero sí en buscar otras vías, en ayudar a la hora de presentar planes para obtener créditos… Hubo en su momento subvenciones importantes destinadas a la creación de empresas de hasta tres millones de euros, algunas a fondo perdido, también para actividades comerciales, pero ni en el presupuesto actual ni en el próximo van a existir. Tampoco una empresa va a ser viable porque reciba una subvención del 20%. Eso mejorará sus tensiones de tesorería pero si sólo es viable por eso es mejor que no se ponga en marcha. No se puede condicionar el inicio de una actividad empresarial a una ayuda. Queremos consolidar los negocios que ya existen, que crezcan si es posible y que tengan la calidad como referente porque si se produce poco hay que ser los mejores para que te compren.

¿Qué demandas plantea el emprendedor rural? Castilla se considera una tierra con escasa iniciativa empresarial…

El mundo está lleno de falsos mitos que van calando. El refrán es bueno para decirlo, pero no para creerlo. Que esta región sea hoy el principal pilar del turismo rural en España y uno de los principales en industria agroalimentaria habla de una evolución importante. Antes, en el mundo rural se esperaba que llegara alguien para poner en marcha una empresa. Pues bien, ésta es la idea contra la que luchamos. Las oportunidades las tenemos que generar nosotros. La gente, sobre todo los jóvenes, está hoy en día mucho más formada y eso ayuda, pero falta mucho por hacer. Las cosas sólo se cambian si uno quiere. En la vida, o haces lo que te dicen o dices lo que hay que hacer, y es mucho mejor lo segundo. Valladolid, además, se está convirtiendo poco a poco en un referente en compañías tecnológicas, un tipo de empresa que se puede implantar perfectamente en el mundo rural por su tipo de actividad.

Mercados21 | Alfonso Centeno Trigos: “Los problemas los podemos resolver nosotros generando empresas y riqueza” Alfonso Centeno. FOTO: M. Martínez.

 

Pero eso implicaría que los jóvenes se quedaran y no emigraran a las ciudades en busca de un mejor futuro profesional.

La gran ciudad va a menudo en contra de la calidad de vida. En otros países hay muchos más trabajadores en municipios pequeños y eso incluso puede resultar mucho más rentable a las empresas. Lo que ocurre es que los más capacitados para el teletrabajo son los jóvenes y tienen poca inquietud por el mundo rural, en buena medida por la educación que se les ha dado. Hemos de lograr que el nivel de servicios se asemeje al de los centros urbanos. No tener un instituto o un sanatorio condiciona, y ahí tenemos que estar las administraciones, pero yo creo que las cosas van a cambiar y que se va a volver a los pueblos, que además permiten ahorrar mucho más. Tenemos buenas infraestructuras para movernos y el mundo no se acaba en límites territoriales. Hay ejemplos de esto en nuestra provincia: queserías tradicionales, cervecerías artesanas… La clave está en ser capaces de ofrecer respuestas para que la gente pueda satisfacer sus necesidades en el ámbito rural. Y en momentos en los actuales, en los que tenemos que arroparnos e intentar comprendernos más que nunca, los pueblos, por la cercanía entre las personas, facilitan esta exigencia.

La utilidad de las diputaciones provinciales está siendo cuestionada en un momento en el que adelgazar la Administración es imprescindible. ¿Cuál es su defensa?

La Diputación es el Ayuntamiento de los ayuntamientos y su objetivo que todos los pueblos dispongan de los mismos servicios, oportunidades y asistencia técnica, jurídica y de todo tipo. Teniendo en cuenta la estructura de una provincia como la de Valladolid, pensar que las diputaciones pueden estar de más es absurdo. Adelgazar las administraciones sólo es posible cuando hay más de una haciendo lo mismo; en otro caso, lo que hay que hacer es mejorarlas. Pero es que nosotros no hacemos lo que hacen otros porque estábamos mucho antes. Será, en caso, al revés. Uno de nuestro problemas es que empleamos recursos en actuaciones que no tienen que ver con nuestra función, con más del 50% del presupuesto destinado por ejemplo a residencias de ancianos. Ésa es una competencia de la Comunidad Autónoma, que cuenta con una economía de escala que se lo permite, y así se lo hemos trasladado.

Precisamente, se les achaca que se solapan con las delegaciones territoriales de la Administración autonómica.

Es necesaria una visión global de un territorio, porque los alcaldes quieren lo mejor para sus pueblos y eso choca a menudo con las pretensiones del pueblo de al lado. Hay que prestar los servicios con la misma frecuencia y calidad a ciudadanos que viven en localidades de 25, 50 ó 75 habitantes y quien mejor puede hacer eso es la Diputación, de forma centralizada. Nosotros no recaudamos impuestos, nuestro presupuesto nos lo dan hecho y estamos realizando un esfuerzo muy importante en los últimos años para garantizar el gasto corriente de los ayuntamientos. Ahora bien, si la cuestión es bajar el número de diputados provinciales, que se haga cuanto antes, aunque yo no creo que sea la solución. Lo que no puede ser es que tres administraciones hagan lo mismo, eso es lo que pide el ciudadano, que ahora tiene al político en la diana y quiere quitarle de en medio… Hay que sentarse, y se está haciendo, para ver qué hace cada uno y cómo se paga.

¿Qué opina de la agrupación de municipios?

Sólo creemos en la agrupación voluntaria y, por supuesto, en lo relativo a competencias municipales. No apoyamos la desaparición de las localidades, sino su unión para uno o varios fines comunes, entre otras cosas porque está por demostrar si va a haber menos costes porque dejen de existir ayuntamientos por ejemplo de menos de 100 habitantes. Lo que hay que hacer es mejorar el sistema de mancomunidades, que no genera tensiones. El territorio no se puede abandonar, los municipios están donde están por algo. Es verdad que hay pueblos muy pequeños a dos kilómetros unos de otros, pero no voy a ser yo quien diga que uno ha de desaparecer, aunque es muy probable que en el futuro los propios ciudadanos decidan de forma libre donde vivir. Condicionar donde viva la gente no es papel del Estado. Es fundamental garantizar la prestación de los servicios públicos de la forma mejor y más barata. Para ello, hay que avanzar en el transporte y creo que se van a dar pasos importantes en este tema porque es imposible que todos los lugares tengan una escuela o un centro de salud.

¿Qué retos afronta la vicepresidencia de Alfonso Centeno en la presente legislatura?

Una clara apuesta por las nuevas tecnologías que supone plantear programas para el acceso a la Administración local desde casa con todas las garantías y que el personal de los ayuntamientos tenga una guía de cómo actuar en cuestiones diversas a través de la Administración electrónica, además de avanzar en los llamados secretarios telemáticos. Y, sin duda, garantizar y ordenar los servicios públicos y ayudar a nuestros cargos públicos y funcionarios.

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