“Trabajamos para hacer de LLS una escuela de postgrado de referencia”

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Mercados21 | “Trabajamos para hacer de LLS una escuela de postgrado de referencia”

Glosar siquiera la trayectoria de Manuel Alejandro Cardenete parece cuanto menos una tarea de vértigo. En esta entrevista con Mercados21 explica los principales objetivos de la Loyola Leadership School (LLS), tras su nombramiento como director de esta escuela de postgrado.

Cardenete es Catedrático de Economía de la Universidad Loyola Andalucía, responsable del Departamento de Economía de ésta, y el piloto de la nueva etapa de la LLS. Presidente de la Comisión de Estrategia Empresarial de la Confederación de Empresarios de Andalucía (CEA) y de la Asociación Andaluza de Ciencia Regional, tiene esa virtud impagable, cuando de investigadores se trata, de ilustrar cuanto dice con ejemplos concretos y de fácil comprensión, sin adornos y sin andarse por las ramas. Con esa capacidad que no todos poseen de decir lo que quiere decir y como quiere decirlo.

De ahí que mientras conversa con el periodista no pierda jamás la alerta, pese a su aparente distensión, y tenga siempre presta una respuesta clara y directa. Hablamos con él en su doble condición de economista y de responsable académico.

Nuestro modelo va más allá del de una escuela de negocios

Con su nombramiento como director, Loyola Leadership School entra en lo que podríamos catalogar como una nueva etapa. ¿Cuáles son los principales objetivos que se ha marcado la escuela?

La Loyola Leadership School es la escuela de postgrado de la Universidad Loyola Andalucía. Por lo tanto, nuestro modelo va más allá del de una escuela de negocios. Es cierto que en estos momentos tenemos dos áreas de desarrollo: el área de Managemet, con cuatro programas de formación que son Dirección Financiera, Dirección de Recursos Humanos y los masters de Marketing y Auditoría, éste último en colaboración estrecha con Deloitte; y el bloque del área Jurídica con el Master Oficial de Abogacía, combinado con el Máster de Asesoría Jurídica de Empresas y el de Tributación. Ahora tenemos una oferta de nueve programas que nos hacen estar cercanos a lo que es una Business School, pero que va a cambiar ya en el próximo curso y en los siguientes. Nuestro objetivo, y es mi principal misión, es hacer de la Loyola Leadership School una escuela de postgrado, en la que vamos a ir completando nuevas áreas dentro de la oferta educativa.

Todos nuestros masters son oficiales y están aprobados por la Agencia Nacional de Evaluación

¿Cuáles van a ser esas nuevas áreas en las que se va ir ampliando y completando la oferta formativa?

En primer lugar, quiero señalar que todos nuestros masters son oficiales y están aprobados por la Agencia Nacional de Evaluación. Y para el próximo curso incorporamos tres áreas nuevas. Las de Psicología, Educación e Ingeniería. Esto nos encamina, por tanto, a nuestra visión de escuela más global, como una escuela de postgrado de referencia. En el área de Psicología arrancamos el master de Psicología General Sanitaria, ya acreditado y profesionalizante, y añadiremos en los próximos meses el de Neuropsicología, que tiene una importante demanda en el mercado. Este último master lo vamos a alinear con Loyola Chicago dentro de nuestras colaboraciones duales, a doble grado, que son permanentes entre ambas instituciones. El Master de Educación Secundaria sería el otro paquete dentro del área de Educación, y finalmente en Ingeniería vamos a trabajar en dos Master: uno sobre Ciberseguridad y otro de Ingeniería Industrial. Este abanico, este portfolio tan amplio lo hacemos pensando en que de aquí a sólo dos años vamos a tener alumnos ya de grado a los que estaremos encantados de darles servicios. Ahora estamos trabajando en la consolidación de los programas y en la confección de claustros del máximo nivel y exigencia.

Habla de máxima calidad, excelencia y exigencia. ¿Con qué acreditaciones cuenta la escuela para que respalden ese proceso que la conviertan en referencia nacional e internacional?

Tendremos una escuela acreditada por la AACSB International

Tendremos una escuela acreditada por la AACSB International, la Association to Advance Collegiate Schools of Business. Este es un objetivo prioritario en la etapa que iniciamos en la Loyola Leadership School. Es la acreditación del área de Management que se exige en Estados Unidos y que posee Loyola Chicago, lo que nos permitirá alinear no sólo esta área, sino también toda la oferta académica de la escuela de postgrado. Para eso necesitas tener una visión muy global e integral, ya que para cumplir los criterios de la AACSB hay que tener doctores, profesionales doctores, una amplia vocación investigadora y de experiencia. Se trata de una acreditación del máximo rango, más exigente que la que pide el propio Gobierno de España en la última revisión que se hizo en mayo de los requisitos que deben cumplir los masters. Vamos a un nivel muy superior. Hay que tener en cuenta que en España esta acreditación la tienen muy pocas escuelas.

¿Qué plazo temporal maneja Loyola Leadership School para ir desarrollando todo este proceso, toda esta evolución?

Todos los proyectos y programas que le he comentado están previsto para el curso 16/17. Y para el siguiente curso, que será el 17/18, incluiremos el último campo que vamos a incorporar en nuestra oferta que es el de Comunicación. En esta disciplina pondremos en marcha un Master sobre Periodismo y otro sobre Videojuegos y Diseño en 3D, como materias de relevancia.

¿Cuál será, entonces, el modelo de la escuela de postgrado, cercano al anglosajón?

Nuestro modelo, además de la vinculación con la Loyola Chicago y con ESADE, es el de una formación alejada de la tradicional o clásica en España y, en general, del modelo europeo. De tal forma que tenemos unas características propias como, por ejemplo, nuestro enfoque internacional, que se refleja en las prácticas y en la empleabilidad de nuestros alumnos. Nuestro claustro de profesores es por ello también bastante diferente. La gran mayoría de escuelas de postgrado es académica al 100%, nosotros trabajamos en un perfil muy diferente con la incorporación de profesionales doctores, que tienen un gran conocimiento práctico y real.

Ha señalado la empleabilidad como valor destacado de la LLS. ¿Pero en qué iniciativas o medidas se concreta?

En primer lugar, nos distinguen los principios de nuestra propia procedencia. Somos una escuela de la Compañía de Jesús en la que los valores tienen un papel esencial. De ahí que tengamos el programa de ‘Líderes para el mundo’, un programa que acompaña a los masteres y en el que se les transmite a los alumnos valores, principios y una forma ética de entender el mundo y los negocios. Todo ello con un acompañamiento personalizado desde el comienzo. De hecho el programa ‘Líderes para el mundo’ es de los más valorados tanto por los alumnos como por los antiguos alumnos o egresados. Desde el inicio de sus estudios el alumno tiene acceso a un seguimiento de coaching con la asignación de un tutor y un coach, con el objetivo de estimular y potenciar sus competencias y habilidades. Lo que engarza y tiene una continuación lógica con un tercer programa que es el de empleabilidad llamado Programa Oriéntate. Con este programa al alumno se le acompaña también desde el principio buscando un objetivo: lograr su inserción en el mercado laboral, trabajar. Son tres programas que no se encuentran en el itinerario de créditos. Son programas transversales que aportan valor y contexto al alumnado. Gracias a ellos casi el 90% de nuestros alumnos de los primeros programas tienen un puesto de trabajo y el 100% de los alumnos actuales están inmersos en prácticas de firmas de primer nivel.

Para muchos expertos, como en tantos ámbitos y sectores, también en el formativo nos encontramos en una encrucijada de cambios formidables. ¿Es el momento del aprendizaje en lugar de la formación?

Hay que tener en consideración que cuando una empresa contrata lo que más valora son las competencias y habilidades. Porque lo que es la materia de una disciplina concreta se puede terminar aprendiendo. Nosotros apostamos por un equilibrio entre las dos cosas: aportar el conocimiento más avanzado pero complementado con las competencias y habilidades que demanda una realidad como la actual. Habilidades como trabajar en grupo, hablar en público, técnicas de negociación, entre otras muchas de gran importancia.

¿Qué profesional sale, pues, de las aulas de la Loyola Leadership School?

Son personas jóvenes y bien formadas, que han podido ver y experimentar en la práctica cuál es el desempeño en una empresa. Y que poseen competencias y habilidades que les permiten desenvolverse dentro de sus equipos de trabajo. Al final, una persona íntegra que cumpla las expectativas de los responsables y directivos de las empresas. Que aúna de forma equilibrada los conocimientos técnicos y las competencias personales. Aquí radica la importancia de nuestros programas de acompañamiento y coaching.

Los avances tecnológicos están detrás de los cambios de calado que se están produciendo en las distintas áreas de actividad. ¿Cómo se aplica la innovación y la tecnología al servicio de la formación del alumno en Loyola?

Apostamos por una comunicación muy cercana y bidireccional con el alumno por medio de plataformas tecnológicas avanzadas y punteras.

Apostamos por una comunicación muy cercana y bidireccional con el alumno por medio de plataformas tecnológicas avanzadas y punteras. Estamos introduciendo herramientas complementarias, de estimulación y de trabajo práctico, con programas y software de simulación y juegos que permiten una mayor interactuación del alumno. En estos momentos estamos cerrando un acuerdo con una importante editorial para contar con plataformas on line que vayan más allá de juegos de estrategia, y que mejoren la interacción del alumno con la materia y con el profesorado.

El caso español en materia educativa es cuanto menos todo un ‘caso de estudio’. A cada cambio de Gobierno, nuevas leyes en educación. A su juicio, ¿cómo nos afectan estos vaivenes como sociedad y al desarrollo de nuestra economía?

En efecto, a cada nuevo Gobierno ha habido una política educativa nueva. A título personal considero que fue una lástima que el intento del ex ministro Ángel Gabilondo de un acuerdo de los grandes partidos no cuajara, no cristalizara. Esto hubiera sido clave para España. Porque gran parte del problema que tenemos en el mercado laboral viene dado por la falta de competencias en los primeros ciclos educativos. Los vaivenes en los temarios, en el modo de enfocar la parte académica, termina pagándose al final en el mercado laboral. No se acaban de tener programas y líneas estratégicas bien definidas que sean testadas y consolidadas en el tiempo. De hecho, tenemos promociones con distintos formatos e itinerarios formativos. Considero que hay un fallo general en el sistema. Es un sistema en el que se prima en exceso lo memorístico y es poco potenciador de otras habilidades más relevantes para el futuro del alumno, como el trabajo en equipo o el desempeño por objetivos, que sirva para bajar al terreno lo que se aprende. Es algo que no sólo afecta a las primeras etapas formativas, sino que también es palpable en términos generales en la mayoría de centros universitarios.

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